[vc_row][vc_column][vc_column_text]Llevan preparando el viaje desde hace semanas. Todo apunta a que no se han dejado nada fuera de la maleta que puedan echar en falta una vez lleguen a su destino: Andalucía. Después de horas y horas de vuelo, por fin vuelven a la tierra que las vio nacer o crecer y lo hacen, como no, para celebrar su día. El 28 de Febrero, efeméride con gran significado para los andaluces, también tiene una importancia especial para muchas aves migradoras, pues en estas fechas regresan a la península ibérica tras el invierno. Y, entre todas ellas, hemos seleccionado ocho, que eligen año tras año celebrar este Día con nosotros.
Sin embargo, no todo es un camino de rosas en su vuelta. La intensificación agrícola, la presión urbanística, la contaminación atmosférica o de las aguas o el cambio climático están provocando el declive de muchas de sus poblaciones. Y, hoy, en el Día de Andalucía, es el momento perfecto para reivindicar una apuesta por la conservación y protección de sus hábitats, los espacios de nidificación y las zonas de alimentación de estas ocho aves, puesto que la mayoría se encuentra dentro del Libro Rojo de las Aves de España, de SEO/BirdLife. Y, por supuesto, también para seguir difundiendo el trabajo del LIFE Olivares Vivos+, en el que buscamos la reconciliación de la biodiversidad con los olivares, proponiendo un nuevo modelo de producción que garantiza su recuperación y la mejora de la rentabilidad de los agricultores y agricultoras.[/vc_column_text][us_separator][vc_column_text]
Curruca carrasqueña
La curruca carrasqueña (Sylvia cantillans), o “currasqueña”, como la llaman sus amigos, es un ave muy versátil en cuanto a su hábitat. Eso sí, para el Día de Andalucía tiene claro que lo mejor es festejar desde una de las ciudades más ambiente de la región, Málaga, ya que esta curruca le gusta disfrutar del jolgorio, estando distribuida también por islas como Mallorca o Ibiza. La población de esta ave se mantiene a bueno niveles y estable; sin embargo, hay un factor a tener en cuenta. El cambio climático está deteriorando enormemente su hábitat, sobre todo en sus zonas de invernada subsaharianas, provocando sequías y desertización.[/vc_column_text][us_separator][vc_column_text]
Milano negro
Si hay que ser sinceros, el milano negro (Milvus migrans) no ha venido realmente por el Día de Andalucía… Esta rapaz, de porte lustrosa y una envergadura que puede alcanzar el metro y medio, tiene una cita ineludible cada año en Cádiz: el Carnaval. Con las actuaciones de algunas chirigotas ya por las calles, el milano negro va cogiendo el ritmo para mayo, cuando será el COAC 2022. Quizás, se desconoce si es por envidia o no del arte chirigotero del milano negro, hay bastante mal rollo con uno de sus familiares, el milano real, con el que a veces compite por el alimento, que suele ser el conejo (el cual, a su vez, está en declive poblacional). Y, aunque el milano negro, al contrario que muchas especies, está experimentando una evolución positiva en su población –habiéndose registrado un aumento del 30% de 1998 a 2018–, sigue necesitando acciones para su protección. El uso ilegal de veneno es una de las prácticas que más mortalidad causa entre estas rapaces, así como los accidentes que pueden llegar a sufrir con los tendidos eléctricos.[/vc_column_text][us_separator][vc_column_text]
Golondrina común
La golondrina común (Hirundo rustica) es la más cosmopolita. Le encanta el ajetreo en ciudades y pueblos, estando las mayores densidades de población en entornos urbanos o periurbanos. Eso sí, no desprecia una buena escapada a la Cala de los Ahogados, en Almería, y menos por estas fechas. De hecho, tienen especial preferencia por criar en el interior de construcciones humanas, llegando a compartir vivienda con las personas. Aunque hay que dejar claro algo, las golondrinas no comparten casa con cualquiera. No es que tengan unos requisitos muy “exquisitos” para sus compañeros de piso, más bien, los tienen con el piso en sí. La arquitectura moderna no deja espacios para que las golondrinas instalen sus nidos y, además, el crecimiento urbano de las ciudades deja cada vez más alejados los entornos rurales en los que estas aves pueden encontrar barro y material vegetal con el que construirlos. En este sentido, cabe también recordar que, durante años, las autoridades permitieron además la destrucción de los nidos de golondrinas en viviendas particulares por ser una supuesta molestia. Y, a todo ello, se está sumando que cada vez tiene menos comida. El uso de tantos pesticidas en agricultura está reduciendo mucho las poblaciones de insectos, su alimento.[/vc_column_text][us_separator][vc_column_text]
Alcaudón común
Encinares, dehesas, carrascales, cultivos arbóreos, pinares abiertos, matorrales con árboles dispersos… Sin duda alguna, el alcaudón común (Lanius senator) es más de campo que de playa a la hora de elegir destino de vacaciones. De hecho, suele escaparse a los campos de la Sierra de la Contraviesa (Granada), para hace retiros espirituales que le den paz interior. Lamentablemente, toda esta meditación siempre acaba interrumpida de la misma forma… con su estómago rugiendo. La transformación de su hábitat, la inadecuada gestión agraria, el uso de plaguicidas y la pérdida de los recursos tróficos está llevando al Alcaudón común a sufrir una gran recesión en sus zonas de alimentación en Andalucía. A esto hay que sumarle la necesidad de promover acciones que protejan los linderos y otras zonas que diversifican el paisaje agrario, pues son zonas clave para que nidifique este pájaro, así como para que capture presas. En el Libro Rojo de las Aves de España se encuentra calificado como “En Peligro”.[/vc_column_text][us_separator][vc_column_text]
Carricero común
El “Aquí no hay playa”, de The Refrescos, le llegó al alma al carricero común (Acrocephalus scirpaceus). Este pequeño pájaro prefiere las zonas de vegetación de marismas y bordes de ríos, arroyos y canales y, en Andalucía, suele encontrarse mayormente en zonas de la cuenca del Guadalquivir. Hoy, 28 de Febrero, el carricero común tiene planeada una ruta que le llevará por los ríos Tinto y Odiel, haciendo una parada especial en el Paraje Natural Marismas del Odiel, su lugar favorito de Andalucía. De hecho, si no fuera por sitios como este, el carricero común ya no sería tan común en esta región. La destrucción o alteración de las zonas húmedas (su hábitat) como consecuencia de la quema de carrizales, la canalización y dragado de cauces y el cambio climático amenazan su supervivencia a largo plazo. No obstante, la creación de humedales artificiales podría beneficiar a la especie.[/vc_column_text][us_separator][vc_column_text]
Cernícalo primilla
Uno de los primeros en llegar para celebrar el Día de Andalucía es el cernícalo primilla (Falco naumanni), una pequeña rapaz que disfruta un móntón de sus largos vuelos por las agroestepas cerealistas de la Península y de la vida en familia, ya que suele anidar en colonias que instalan en construcciones humanas. Según dónde las hagan, están los cernícalos urbanitas, los que viven en las ciudades y pueblos, y los rurales, que están en mitad del campo, en los cortijos. Estos últimos lo están pasando regular últimamente, porque muchos de estos edificios se están cayendo. Una pena, porque bastantes tienen gran valor patrimonial. Entre las aficiones del cernícalo primilla, hay algo que no puede dejar pasar, una visita a su restaurante favorito de Andújar (Jaén); algo que tiene que hacer bastante a menudo debido a la pérdida de sus recursos tróficos, por la paulatina desaparición de las poblaciones de insectos y otros invertebrados, sobre todo debido a la intensificación agrícola; así como por el creciente desarrollo fotovoltaico y eólico en lugares no muy apropiados que está provocando que pierda parte de su hábitat y zonas de alimentación. Aunque no es esta la única amenaza a la que se enfrenta esta rapaz. La destrucción de sus lugares habituales de nidificación es uno de los principales indicadores del declive de esta especie, que se encuentra en estado “Vulnerable”.[/vc_column_text][us_separator][vc_column_text]
Avión común
Hacer parapente por Lucena (Córdoba) es una de las actividades que más le fascinan al avión común (Delichon urbicum). Esta pequeña golondrina es una experta de la aviación, por si no quedaba claro por su nombre, de hecho, puede pasarse toda la noche en vuelo si es necesario. Si lo encuentras en puentes, presas o en plena ciudad, lo verás siempre acompañado, pues suelen vivir en colonias que habitualmente colocan en viviendas. De hecho, esta es una de las características de su especie que más amenaza a su población. Ciertamente, en los últimos años se ha visto una evolución positiva en lo que respecta al crecimiento del número de aviones comunes; sin embargo, sus nidos están amenazados por las nuevas técnicas de construcción y la escasez de lugares en los que encontrar barro para su nido, así como por la destrucción del propio ser humano de ellos una vez construidos.[/vc_column_text][us_separator][vc_column_text]
A
utillo europeo
El autillo europeo (Otus scops) está ya hasta las plumillas de sus penachos. No hay Día de Andalucía que venga a celebrar que no se encuentre con el mismo problema año tras año: la “okupación” de sus zonas de nidificación. Se lo repite cada 28 de Febrero, la próxima vez optará por instalar una alarma en su piso del parque de María Luisa, en Sevilla. El autillo, la rapaz nocturna más pequeña de la Península, se enfrenta a la alta competencia por las cavidades con la cotorra de Kramer, una especie exótica que está generando estos problemas a las especies autóctonas en muchas ciudades. Aunque no es la única amenaza a la que se enfrenta. Las rapaces nocturnas son uno de los grupos de aves que más atropellos sufren. Está clasificada como “Vulnerable”.[/vc_column_text][us_separator][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][us_image image=»12736″ size=»full»][/vc_column][/vc_row]