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Todos los años en la provincia de Jaén, pero también en otras zonas de España, la noche del 16 de enero se prenden hogueras. Fuegos purificadores que mucho tienen que ver con el olivar.
En Jaén, tras la recogida de la aceituna se podan los olivos y no es poco el ramón que queda esparcido por el olivar. Hoy en día, en muchos olivares el ramón se pica y se reincorpora al suelo, pero tradicionalmente y aún son muchos los que lo hacen, el ramón es quemado.
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Ramón colocado en una calle del olivar, listo para ser picado
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En Jaén, las lumbres de San Antón están muy arraigadas y forman parte de las festividades locales más importantes del año. En esa noche, se cantan melenchones, coplillas ingeniosas que tratan sobre el día a día con un toque picante y ocurrente. San Antón es la noche para quemar lo viejo y dar la bienvenida a lo nuevo, por eso tampoco es de extrañar que se quemen muebles o enseres viejos, lo que antaño significaba que el jornal de la aceituna había dado para comprarlos nuevos.
Tradiciones de antaño que hoy se conservan, pues no son pocos los que se reúnen en torno a las hogueras para cantar y comer rosetas (palomitas).
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