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En ocasiones el trabajo de campo puede ser duro, pero ni el frío, ni los madrugones amilanan a los técnicos de campo de Olivares Vivos. Gemma, Rubén, Jorge y José Luis bien saben que hay días que compensan con creces las penurias del clima y las durezas del campo.
Algo así sucedió en la última visita a Cortijo Guadiana.
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Al cercano paisaje de Sierra Mágina lo acompañaba el sonido de los estorninos, alborotadores de las mañanas de invierno. Un pequeño buitrón, asomaba de entre las aceitunas de un olivo, mientras las horas avanzaban.
El día prometía…
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De pronto, sobre una torreta apareció una silueta inconfundible, el elanio azul oteaba el horizonte desde su metálica atalaya. Esta rapaz de una belleza incuestionable parece que en los últimos años se encuentra en expansión, aunque siguen siendo numerosos sus enemigos: cambios de hábitat, pesticidas, tendidos…
Pero lo mejor aún estaba por llegar: no es fácil ver halcones en el olivar, pero allí estaba, el halcón peregrino, el ave rapaz más veloz del mundo. Sus narinas están diseñadas para que su cráneo pueda soportar picados de más de 390 Km/h, una velocidad de vértigo que lo convierten en uno de los depredadores más temidos. Su tendencia no es tan halagüeña como la del elanio, y en los últimos años, los halcones parecen ser cada vez más escasos. Tras su declive se encuentra el espolio de sus nidos, los pesticidas, la persecución humana y la competencia por el espacio con otras especies.
Pero allí estaba, posado en un árbol con una tímida nevada a sus espaldas, dominando el olivar bajo su mirada inteligente y audaz.
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Agradecimientos a Eduardo Gómez Llanos autor de las fotografías de este post.
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