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La semana pasada, parte de nuestro equipo se desplazó a Italia con el fin de presentar el Proyecto Olivares Vivos y conocer lo que están haciendo otros LIFE o sociedades que trabajan en torno al olivar.
De este modo, durante tres días estuvimos presentes en la Feria Terra Madre, en Turín, en la que se celebró el denominado Salone del Gusto llevado a cabo por la asociación Slow Food. En ella, cientos de agricultores y empresas mostraban al público sus productos, la mayoría de los cuales eran ecológicos, de comercio justo, de proximidad o estaban insertos en alguna Denominación de Origen o Indicación Geográfica Protegida. Fue en este contexto que se desarrolló la conferencia “Feeding the planet with agroecology” (“Alimentando al planeta con agroecología”) en la que compartimos mesa, entre otros, con el consejero general de Slow Food Brasil o el coordinador de GIASH (Sistemas Importantes del Patrimonio Agrario) y en la que explicamos nuestro Proyecto a una sala abarrotada de personas interesadas en otros modelos de producción de alimentos. Una charla muy interesante y en la que nos dieron nuevas ideas sobre otros cultivos en los que se podría llevar a trazar proyectos similares al de este “Olivares Vivos”.
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Aprovechando esta visita al país transalpino, nos desplazamos a Florencia, con el objetivo de entrevistarnos con otros proyectos con los que compartíamos ideas, metodologías o metas para afianzar la forma en la que se puede avanzar y forjar alianzas futuras. Crear una red que nos permita seguir adelante. El primero de ellos fue el LIFE Granatha, que trata de recuperar antiguos brezales que aparecían en las zonas más elevadas de las montañas, ya que el abandono del medio ha provocado que se cubran de arbolado, reduciendo la biodiversidad al homogeneizarse el paisaje. Además, todo ello pretenden ligarlo al desarrollo rural, volviendo a obtener de estos espacios productos que favorezcan actividades tradicionales. En definitiva, ligar rentabilidad con respeto o recuperación de la biodiversidad. Un objetivo común con Olivares Vivos.
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Asimismo, en esta misma ciudad estuvimos charlando con un proyecto sumamente ilusionante para buena parte de la sociedad toscana, como es el de “Frantoio del Parco“. Una cooperativa que ha recuperado un olivar centenario ubicado en el interior del Parque Natural de la Maremma a través de un banco de tierras. De este modo, están consiguiendo trabajarlo de nuevo y obtener riqueza de unos árboles que habían sido abandonados, ofreciendo un trabajo estable a jóvenes de la zona, evitando de este modo que tengan que emigrar a otras regiones. Se crea trabajo en buenas condiciones y se recupera no sólo fincas de olivar, sino también industria, ya que se está intentando volver a poner en marcha la almazara que da nombre a este aceite.
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Finalmente, nos desplazamos a la ciudad de Milán para hablar con otro Proyecto LIFE, el VITISOM, en el que también se estudia la biodiversidad, pero en este caso del suelo. A través de los análisis que se hacen se pretende observar la relación existente entre los microorganismos presentes en el medio edáfico y la calidad del vino, del ta forma que pueda probarse como un suelo vivo ofrece grandes ventajas a los propietarios de viñedos.
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Unos días sumamente intensos, en los que hemos pretendido aprovechar al máximo el tiempo y conseguir la mayor información posible -con la que seguir avanzando en este Proyecto LIFE y hacer de él todo un éxito- y sobre los que nos gustaría agradecer a todas las personas que lo han hecho posible, como Ana Canomanuel de NEEMO o Typhaine Briand de Slow Food. Así como a Tommaso Campedelli y Margherita, del LIFE Granatha; Samuele Pii, director del consorcio Coltibio di Co&So, del que forma parte la cooperativa “Frantoio del Parco”; y a Stephano Corsi e Isabella Ghiglieno del LIFE Vitisom. Muchas gracias y seguimos en contacto ?
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