Cuando el ocaso tiñe de tonos anaranjados y azulados el horizonte aparecen, por fincas y entornos urbanos, los grupos de murciélagos más “madrugadores”. Estos mamíferos tienen una enorme importancia en el equilibrio ecológico y son sumamente beneficiosos para la agricultura. Tan solo en la España peninsular se cuentan hasta 31 especies diferentes de quirópteros, 33 si se incluyen las exclusivas de las Islas Canarias, todas ellas imprescindibles en el ecosistema al constituir un importante control biológico por la gran cantidad de insectos que consumen diariamente.
El proyecto LIFE Olivares Vivos+, siguiendo la estela del trabajo realizado hasta ahora, continua con la puesta en marcha de planes de actuación donde incluye la recuperación de espacios e infraestructuras apropiadas para los murciélagos. Un fin que persigue un objetivo muy claro: aprovechar los servicios ecosistémicos que estos animales pueden aportar a olivar como controlador de plagas (como la mosca del olivo), siendo una alternativa biológica y económica al uso de productos químicos que puede ayudar a recudir los gastos en insumos (fitosanitarios, fertilizantes, etc.). Para lograr una población estable de murciélagos en las fincas de olivar, desde Olivares Vivos hemos instalado postes de madera de varios metros de altura (que, además, tienen instalados elementos para la nidificación de murciélagos, pero también para aves: cajas abrigo y cajas nido, respectivamente), que no solo ayudan a romper la homogeneidad del paisaje del olivar, sino que además sirven como puntos de referencia para estos animales. Hay que tener en cuenta que para estos mamíferos es imprescindible tener un lugar de referencia, ya que conocen su posición emitiendo y recibiendo ultrasonidos. Así, estos postes u otros objetos podrán servirles de guía en un territorio repleto de olivos.
Eso sí, los murciélagos no solo encuentran hábitats de coexistencia en fincas o entornos rurales, ya que también pueden verse en las ciudades. En los entornos urbanos suelen encontrarse de cuatro a seis especies diferentes, las cuales se han adaptado para cazar los insectos atraídos por la luz de las farolas. Su naturaleza nocturna y su carácter esquivo (sumado a su velocidad de vuelo) hacen que no logren ser muy vistos; sin embargo, no hay ciudad que no cuente con estos animales de la noche.