Los campos de voluntariado se realizaron entre octubre de 2016 y abril de 2018, habiendo sido en total 19 campos de trabajo de los 20 programados. El voluntariado nº 15, planificado para desarrollarse en las fincas Rancho del Herrador y Peña del Gallo, entre el 4 y el 9 de junio, se suspendió puesto que las condiciones meteorológicas impedían realizar con éxito las actuaciones de restauración.
En cada uno de los turnos participaron 8 voluntarios y tuvieron una duración variable de 11 a 5 días, salvo en los turnos 10 y 11, cuya duración fue de dos días (fin de semana) y en los cuales los voluntarios fueron alumnos en prácticas de la Universidad de Jaén (socio del proyecto) que quisieron participar en el proyecto a través del programa de voluntariado del Aula Verde de esta universidad.
Las actividades desarrolladas en los campos de voluntariado se dividieron entre los trabajos de restauración, en horario de mañana, y las actividades complementarias, durante la tarde. Los trabajos de restauración ambiental consistieron en plantaciones, siembras, colocación de cajas nido, construcción de muretes y majanos de piedra, instalación de posaderos, construcción de charcas, instalación de bebederos. Durante las tardes, el programa de voluntariado incluyó actividades culturales y ambientales.
Estos campos se completaron con algunas actividades puntuales de voluntariado. En la primera de ellas, durante varias jornadas del marzo de 2017, se trabajó en el jardín experimental de la UJA en la construcción de nidales de insectos que posteriormente se colocaron en los olivares del proyecto en el marco de las acciones de seguimiento de biodiversidad (A2 y D1) y de conservación (C5).
El 21 de abril de 2017, 50 alumnos de Biología y Ciencias Ambientales de la UJA participaron en la plantación de leñosas en el olivar demostrativo de Piedras Cucas. Esta actividad se organizó de forma conjunta con las asignaturas de ecología y de restauración ambiental, como parte de las prácticas de esas materias.
El sábado 13 de mayo se organizó una plantación en el olivar divulgativo que el proyecto tiene en el parque tecnológico Geolit. Doce voluntarios colaboraron en esta plantación. Este trabajo formó parte de las actuaciones llevadas a cabo en este olivar divulgativo, cedido por Geolit, para replicar las acciones de restauración que llevamos a cabo en los olivares demostrativos (C1-C6).
Sumando el conjunto de actuaciones realizadas en los campos de voluntariado y en las jornadas puntuales de trabajo se llega a la cifra de 8138 plantas puestas y más de 120 metros de malla cinegética colocada, para la protección de dichas plantas en lugares donde su éxito pudiese estar comprometido por animales silvestres o domésticos. Asimismo, se han realizado 3 charcas para mejorar la reproducción de especies anfibias en el olivar, se han instalado 14 bebederos para aves y mamíferos, sembrado 1227 m2 de especies herbáceas autóctonas, colocado 84 cajas nido para paseriformes, 4 nidales para lechuzas, 14 posaderos para rapaces que incluyen una caja nido para lechuza o cernícalo, instalado 12 cajas abrigo para murciélagos, levantado 88 m de muretes de piedra y construido y colocado 186 nidales para insectos.
Participaron en el programa de voluntariado 226 personas, incluyendo las que lo hicieron en actividades puntuales.
La mayor parte de los voluntarios procedieron de Andalucía. Sin embargo, también hubo voluntarios de otras 10 comunidades autónomas. De igual modo, participaron voluntarios de otros 10 países (Serbia, Ucrania, Italia, Bélgica, Colombia, Inglaterra, Guinea Ecuatorial, Armenia, Brasil y Holanda).
Todos los campos de voluntariado fueron evaluados por los participantes a través de encuestas de satisfacción, con la excepción de los turnos 10 y 11, cuyo grado de satisfacción no fue posible conocer puesto que la evaluación proporcionada por Aula Verde (UJA) estaba referida a todo su programa de voluntariado). En estas encuestas se valoraban diversas cuestiones (horarios, carga de trabajo, alojamiento, comidas, actividades complementarias, trato con el personal del proyecto, etc.) y sirvieron para conocer la opinión de los participantes sobre el voluntariado del LIFE Olivares Vivos y, sobre todo, para poder mejorar aquellos aspectos peor valorados. Algo que al parecer se consiguió, pues la nota media paso de 8,94 en los primeros ocho campos evaluados a 9,40 en los ocho siguientes.
Entre el 14 y el 16 de febrero, se llevó a cabo un campo de voluntariado especial, en el que participaron unos 6 voluntarios y que se desarrolló en los olivares demostrativos de Benzalá y Rambla Llana.